Taller Literario - El Ladrón de Vino.

Buenas noches, días o tardes según cuando leais esto.

Desde hace un tiempo asisto de manera virtual a un taller de escritura creativa. En un ejercicio que teníamos que escribir el inicio de una historia a partir de, bien un cuadro, bien una fotografía.

He escogido Rue Mouffetard de Henry Cartier Bresson y lo que leeréis a continuación de la misma, es lo imaginado. ¿Qué os parece? ¿Os gusta?

 


 

Echo a correr la calle abajo a la velocidad de un rayo en plena noche.

 

El niño, el NIÑOO...!!

 

El grito de bodeguero había avisado, nuevamente, a los vecinos de la calle.

El chiquillo aquel sin padres había vuelto a hacer de las suyas para dios sabe qué. Parecía tener cierta disposición por el vino... o es que tenía un trato con algún tabernero del pueblo. Lo poco que sabemos es que desde que el niño empezó a robarle vino, la taberna más cercana a la iglesia servía un vino tan bueno como, se cuenta, el que bebía el mismo cura.

 En cuanto el chiquillo dobló cierta esquina por segunda vez - como suele hacer porque no cree que los mayores piensen que él es tan tonto como para pasar por el mismo lugar dos veces – paró un milisegundo a tomar aire, y otro milisegundo a descansar las piernas. Se fue andando tranquilamente con el aire altanero que tenía su rostro siempre que le salía bien el negocio.

No contaba con la astucia renovada del bodeguero, ahora que aquel zagal había comenzado a hurtarle.

 Durante un segundo ambos se miraron cara a cara.

 

El zagal con mirada de zorro asustado; el bodeguero, con el labio torcido y el ceño fruncido.

No tenía tiempo a mucho más: O iba de cara y se entregaba o seguía dándole la espalda a la realidad y seguía huyendo.

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